DEFORMIDAD DEDO EN MARTILLO
Hoy voy a hacer un repaso de una de las deformidades más
frecuentes y a veces incapacitantes de los dedos menores del pie (es decir,
excluyendo el primer dedo): el dedo en martillo.
Se trata de una deformidad en la que el dedo aparece con la
articulación interfalángica proximal en flexión de a veces 90º, estando la
siguiente en extensión, adoptando así la forma de un martillo por el ángulo
recto que forma ésta articulación.
La causa responsable participa de varios factores
predisponentes, entre los que destacan sobre todo, los genéticos y los
adquiridos como el uso de mal calzado, los esfuerzos repetidos, el aumento de
peso, y la edad.
En cuanto el tratamiento, debemos distinguir entre
tratamiento ortopédico y el quirúrgico.
El tratamiento ortopédico consiste fundamentalmente en la aplicación de material ortésico con la finalidad de aliviar las molestias que pueda presentar el paciente, aunque hemos de tener en cuenta que no va a hacer desaparecer la deformidad ya existente. Incluye el uso de un calzado adecuado evitando el tacón y la puntera estrecha, las ortesis de silicona y las plantillas.
También se puede incluir en esta fase los analgésicos y
antiinflamatorios y la rehabilitación.
El tratamiento quirúrgico variará dependiendo de que se trate de una deformidad flexible o rígida (ya más evolucionada).
En las deformidades flexibles el tratamiento va a ir
dirigido a la cirugía de las partes blandas, fundamentalmente los tendones
flexores y extensores del dedo.
En las rígidas habrá que realizar ya cirugía sobre el hueso,
fundamentalmente extirpar parte de la articulación (artroplastia de resección)
o mejor aún fusión de la misma (artrodesis).
Ambas técnicas se pueden llevar a cabo mediante técnicas
abiertas o bien con mínima incisión, según los casos, y a su vez con diferentes
implantes para inmovilizar de forma provisional o definitiva los huesos
resecados.
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